Se consagró a Dios entre las Hermanas Pasionistas de San Pablo de la Cruz, con el nombre de Antonieta de San Miguel Arcángel.

Recibe puestos de responsabilidad dentro de la Congregación: desde Maestra de Novicias a Directora de escuela, pasando por la de Superiora Provincial. Pero sobre todo ejerce su apostolado entre los enfermos, los moribundos y los encarcelados. Muere de un tumor cerebral, que la deja ciega y paralizada.

Declarada Venerable en 1992.